Tarde de lunes y con ganas de escribir, aunque prometo que no seré muy extenso. Ayer pase un buen ratito de 5 a 7 y media de la tarde viendo, o mejor dicho, deleitándome con nuestra selección de balonmano, y es que no son muchas las veces que los aficionados al deporte en general como yo, y más no siendo un seguidor habitual de este deporte, nos encontramos ante una final de campeonato del mundo.
Eran las 4 de la tarde y ya respirábamos el ambiente pre-acontecimiento, conectando con la retransmisión y una vez que empezamos mantuvimos toda la tensión hasta que se fue vislumbrando que la final iba a ser una de esas sin mucha historia, con un equipo dominador y uno totalmente dominado y cabizbajo. Era un placer inmenso ver a esos HISPANOOOOSSSS apabullando a una selección como la danesa, la gran favorita del torneo y que era invicta, pero se dio uno de aquellos encuentros que se dan pocas veces en las finales, que más parece de ronda preliminar u octavos de final.
Acabo el encuentro y todos estábamos encantados con lo visto, y he ahí que "quillo", Sierra, ese portero moguereño que dio el do de pecho ante Alemania sacó a relucir sus colores, los colores de su tierra y fue cuando me llenó de orgullo ver a ese gran deportista como se acordaba de sus raíces, como las honraba y las mostraba a todo el mundo para que la gente se preguntara qué bandera era aquella y de dónde.
De este blog personal mis más sinceras felicitaciones a esos campeones, que por una vez le hicieron sombra al fútbol, y mostraron una humildad, una competencia y una valía pocas veces vista en el deporte; y en especial, a ese moguereño ilustre que ya lo es: Quilloooooo¡¡¡¡
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